Drogas y alcohol en jóvenes: un camino sin retorno

Tanto las drogas como el alcohol, son las dos principales y primeras causas de muerte en Argentina, y los jóvenes son los más afectados. El consumo de ambas, proviene desde los tiempos más lejanos, pero cada día crece más. Según el SEDRONAR (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina), en 2017 ha aumentado el consumo de sustancias ilícitas y el abuso de alcohol en la población de entre 12 y 17 años.

Foto de el quinto poder

Según los resultados del SEDRONAR, también, se triplicó el consumo de cocaína de alguna vez en la vida entre los niños y adolescentes. La consumición de éxtasis en los chicos aumentó un 200%, probar alguna droga creció un 146% y el inicio en el consumo de éxtasis en 2010, era a los 16 años, luego en 2017 comenzó a los 14 años. Estas estadísticas son alarmantes, porque la mayoría de los jóvenes de nuestro país, probaron y siguen consumiendo alguna de estas adicciones, sin siquiera tener conciencia y saber a lo que se enfrentan en un futuro.

Hay que destacar que lamentablemente, hay muchas condiciones y factores que hacen que los chicos lleguen a esta situación. Principalmente, el avance del narcotráfico, donde el gobierno no tiene ningún control sobre ellos, ni toma las medidas necesarias. Otra de las grandes influencias, es la situación de marginalidad en la que viven, que tampoco hay una solución por parte del Estado.

El alcohol tiene efectos menos graves que las drogas, pero de toda manera un abuso puede llevar a la muerte. Muchas veces, los jóvenes toman sin medida, ya sea acompañados o solos, no tienen en cuentan todos los efectos que les pueden generar, como llegar a un coma alcohólico. Otras veces, si son conscientes, pero no pueden salir de ese camino, y se van hundiendo aún más, ya que esas sensaciones se vuelven adictivas para ellos y tratan de escapar de los verdaderos problemas que tiene en la vida real.

En la sociedad moderna, se ve cotidianamente como ambas adicciones están presentes en todos lados. El alcohol a diferencia de las drogas, es de libre comercio y legal, por lo que se puede conseguir fácilmente en cualquier supermercado, pero solo está permitido para mayores de 18 años y después de las nueve de la noche ya no se vende. Esto no se cumple absolutamente, ya que por ejemplo, los menores de 18 compran y no se les pide ninguna identificación en los lugares.

Por otro lado, el consumo de cualquier droga es ilegal, pero se compra y vende casi sin restricciones, no importa la edad ni nada. El único objetivo es conseguir dinero aprovechándose de los más débiles y manipulables. Lo más penoso, es que a veces algunos individuos, comienzan a consumir solo para sentirse parte, pertenecer a un grupo, y cuando empiezan no pueden parar.

Por desgracia, esto lleva a muchas de las grandes tragedias que vivimos todos los días en nuestra sociedad: el robo, la violación, la muerte. Todo por estas malditas adicciones y la gente que saca provecho de ello, porque los que tiene más poder, saben en qué circunstancia meten a los jóvenes, que al primer consumo van a querer más, y que no les importa las consecuencias que tengan que pasar, solo para poder conseguir el dinero necesario para consumir un poco más.

Seguramente, alguno de nosotros conoceremos a alguien que está perdido por alguna de estas adicciones, o quizás por ambas. Lo importante en cualquier caso, es poder dar el apoyo que ellos necesitan, aunque también es muy difícil, porque la decisión final de salir de esa situación, la tienen ellos, por más veces que uno intente convencerlos y aconsejarlos de que hay un camino mejor.

Por parte del gobierno, son los principales responsables de controlar estas cuestiones, y lograr erradicar lo más posible el contrabando de mercadería ilegal, porque no solo queda en unos pocos, este factor repercute en todo el país, a los involucrados y a las personas inocentes. Por ejemplo, podrían fomentar la educación, dar puestos de trabajo, para que no haya chicos en la calle expuestos a todas estas malas influencias.

Teniendo en cuenta, que para mejorar nuestra comunidad, hay que empezar por ahí, por los factores iniciales que provocan todas las cuestiones mencionadas anteriormente. Para vivir en un mundo mejor, hay que acabar con la manipulación de la gente poderosa, y enfocarse en los jóvenes que son quienes llevan el futuro.

En estos tiempos, cada vez más niños y adolescentes están perdidos, cuando en realidad ellos tendrían que ser la mayor parte de la sociedad que pueda cambiar y construir un futuro mejor, lejos de estas adicciones, que lo único que hacen es empeorar a cada uno de ellos día tras día.