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Aferrarnos para no sentir la soledad

  • Foto del escritor: Rocio Salloum
    Rocio Salloum
  • 15 feb 2019
  • 2 Min. de lectura

Relaciones tóxicas. Las hay y muchas, ya sean en una pareja, en la familias, en las amistades, siempre están presentes.

Foto de Martha Debayle

Seguramente, màs de uno/a capaz habrá estado involucrado/a o expuesto/a a estas situaciones. Es fácil caer en eso y que las personas tóxicas nos mantengan atrapados/as en ese juego, por esto es tan difícil salir, porque la mayoría de ellos, saben exactamente como meterse en tu mente para que no te alejes y de alguna forma u otra sigas aferrado/a.


En una pareja por ejemplo, algunas características que marcan una relación tóxica son las siguientes: la continua desconfianza - la obsesión - la falta de respeto - los celos extremos - la envidia - el maltrato verbal, físico o psicológico. Una relación sana, se da cuando ambas partes quieren lo mejor para el otro, hay libertad, respeto mutuo, comparten logros entre los dos y buscan formar su propia vida juntos.


Por otro lado, hay muchas familias conflictivas donde no pueden convivir en un mismo ambiente, ya sea por la forma de pensar y de ser de cada uno/a, o porque se acumulan circunstancias que perjudican los vínculos. La familia es la base de cualquier persona, por eso, deberíamos ser unidos, generar los mejores lazos, enseñar los valores màs importantes y ante todo, aceptar los ideales de cada individuo, por màs de estar o no de acuerdo.



También, existen las malas amistades, que nos influencian a hacer cosas que quizás, no estamos seguros de realizar, pero sin darnos cuenta confiamos en su palabra solo por ser nuestro/a amigo/a. Muchas veces, aparece la victimizaciòn de la otra persona, para darnos cierta culpabilidad y sentir que le fallamos, pero solo es una forma màs de enredarnos en su juego. A las amistades las elegimos, por lo tanto, tenemos que saber cuando decir basta.


En cualquiera de las ocasiones nombradas, si en la relación presentan algunas de esas señales, lo mejor serìa replantearse ciertas cosas y tener una charla seria para tratar de llegar a un acuerdo. Además, que los diferentes factores pueden afectar al resto, mucha gente no toma conciencia de lo que le provoca al otro, ni en las consecuencias que le puede traer a esa persona.


Muchas veces, no sabemos que estamos encerrados/as en un ambiente tóxico, y cuando nos damos cuenta, termina siendo demasiado tarde para poder salir. Aparte, que este tipo de personas están en todos lados y es fácil que nos topemos con alguno/a. Hay que aprender a saber en donde meterse y con quién, y si en algún momento, nos sentimos incómodos/as, reflexionar si eso es lo queremos, no nos dejemos engañar para no sentirnos tan solos/as.

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